Hoy es un día importante y muy esperado para la hostelería. A las 7 de la mañana eran muchos los que, tras varias semanas cerrados, levantaban la verja de sus negocios para ofrecer los desayunos. Un horario que se prolongará hasta las 6 de la tarde.

En la calle, la gente ya tenía ganas de poder volver a sentarse en una terraza "para comprartir un rato y también para ayudar a la economía, porque hay que echar una mano a la hostelería". 

Mesas dispuestas con un máximo de cuatro sillas y sus ocupantes con la mascarilla puesta. Todo está en orden, aunque parece que todavía hay algo de miedo a salir, ya que las mesas se van ocupando tímidamente, a pesar del buen tiempo. 

Sin embargo, los hosteleros se quejan de que esta apertura no hay ido como esperaban. Poca gente en la calle y sobre todo, el poco margen horario de apertura, hace que para algunos no haya sido muy rentable abrir "ya que cada vez que nos cierran, después es como empezar de cero o bajo cero porque hay muchos gastos y pagos pendientes", asegura una de las hosteleras.

La apertura de hoy también ha implicado que se vuelva a generar empleo, pero eso no hace que se recupere, ni mucho menos, gran parte de la plantilla de los trabajadores, que siguen en ERTE o tuvieron que ser despedidos.

Una apertura a medio gas que acarrea mas daños colaterales. Los proveedores tampoco han hecho la entrega de mercancía que hubieran esperado para un primer día.