La localidad pacense de Villar de Rena ha inaugurado esta mañana un monumento contra el acoso escolar en memoria de Sandra Peña, la adolescente sevillana de 14 años que se quitó la vida el pasado 14 de octubre tras sufrir bullying en su colegio. Su caso ha conmocionado a toda España y ha reabierto el debate sobre la falta de respuesta institucional ante este tipo de situaciones.

El acto, celebrado en la calle Reyes Huertas, ha contado con la presencia de sus familiares, entre ellos José Manuel Peña e Isaac Villar, padre y tío de la joven, respectivamente, además del alcalde, Nereo Ramírez, representantes de asociaciones locales y alumnado del taller colaborativo rural “La Nacencia”, promotor de la iniciativa.

“Lo que más nos gustaría es que esto no se repitiera. Estar aquí, haciendo público el caso de mi sobrina, es una manera de darle luz y de pedir medidas efectivas para que no vuelva a pasar”, señaló visiblemente emocionado Isaac Villar, portavoz de la familia.

El monumento, creado por los alumnos del proyecto “Todos los héroes tienen cara”, representa una escalera invertida cuyos peldaños simbolizan el proceso de salida del pozo del acoso escolar. Cada dos meses, la figura ascenderá un peldaño, en un gesto que busca reflejar la recuperación de la autoestima y la empatía.

El alcalde, Nereo Ramírez, recordó que la idea nació el pasado mes de junio, dentro del taller de empleo, antes incluso de conocerse el caso de Sandra.

“El taller propuso que llevara su nombre cuando vimos que sus padres pedían convertir su historia en un debate social. Creemos que el caso de Sandra va a marcar un antes y un después a la hora de hablar del bullying en nuestra sociedad”, destacó el regidor.

Por su parte, María Luisa, coordinadora del proyecto, apeló a la responsabilidad colectiva:

“El bullying no es un rito de paso ni un asunto de niños. Es violencia, y la violencia nunca debe ser normalizada ni tolerada. Todos somos responsables de crear entornos seguros, en la escuela, en el trabajo o en internet”.

En la placa del monumento, donde se lee el nombre de Sandra, aparece un mensaje claro:

«Un grito en silencio y silenciado. Para entender lo que a simple vista no podemos descifrar… una mirada incompleta que te invita a escuchar con el corazón los gritos de auxilio que no oímos».

El homenaje llega mientras la Fiscalía de Menores de Sevilla mantiene abiertas dos investigaciones: una sobre las presuntas agresoras y otra sobre la actuación del colegio Las Irlandesas de Loreto, donde estudiaba Sandra. Su madre había denunciado en dos ocasiones el acoso sufrido por su hija sin que el centro activara el protocolo correspondiente, según fuentes judiciales.

Para la familia, el monumento de Villar de Rena es más que un gesto simbólico.

“Es un reconocimiento a Sandra, pero también un recordatorio para que la sociedad no vuelva a fallar a un niño o a una niña que pide ayuda”, afirmó Isaac Villar.

El acto concluyó con un largo aplauso y el compromiso de mantener viva la memoria de Sandra para transformar el dolor en conciencia social y en una llamada a la acción frente al acoso escolar.